lunes, 13 de enero de 2014

Cosas que nunca olvidare

A lo largo de nuestra vida experimentamos un montón de vivencias, algunas dejan un recuerdo imborrable, cosas que nunca olvidaremos, por supuesto que todos tenemos muchas de ellas, cuando te casas, nacen tus hijos o pierdes a seres queridos, pero hoy os quiero contar, cosas no tan trascendentes pero que nunca olvidare.

1983.- Tenia una preciosa 'Honda 750 Four azul', y fuimos a la feria de Campo de Criptana, una amiga se vino conmigo en la moto, volamos por la carretera de Alcázar y llegamos mucho antes que los demás, paramos a la entrada del pueblo en la gasolinera para esperar al resto... me gustaba mucho esa chica... nos besamos... se que no es un sitio muy romántico... pero 30 años después nos seguimos besando...

1987.- Estaba estudiando para presentarme a una oposición, ya estaba casado y Miriam todavía no había cumplido los dos años, siempre quería estar encima de mi, pero en esa época estaba escayolado por un esguince de tobillo jugando al baloncesto, así que me encerré en mi habitación, Miriam llamaba a la puerta de vez en cuando, pero le decía que no podía jugar con ella, al cabo de un rato dejo de llamar y pensé que se había ido a jugar, no se el tiempo que tarde en salir, quizás un par de horas, pero al abrir la puerta me la encontré allí dormida en el suelo, en la puerta de la habitación...la cogí en brazos y me acorde del principito:

"...lo tomé en mis brazos y me puse nuevamente en camino. Me sentía emocionado llevando aquel frágil tesoro, y me parecía que nada más frágil había sobre la Tierra.
Miraba a la luz de la luna aquella frente pálida, aquellos ojos cerrados, los cabellos agitados por el viento y me decía: "lo que veo es sólo la corteza; lo más importante es invisible... "
Como sus labios entreabiertos esbozaron una sonrisa, me dije: "Lo que más me emociona de este principito dormido es su fidelidad a una flor, es la imagen de la rosa que resplandece en él como la llama de una lámpara, incluso cuando duerme... " Y lo sentí más frágil aún. Pensaba que a las lámparas hay que protegerlas: una racha de viento puede apagarlas...
Continué caminando y al rayar el alba descubrí el pozo."


Muchos años después veo a mi hija y no puedo dejar de pensar en aquella tarde...

1988.- 9 de diciembre, hacía dos días que nació Cristina y parecía que tenía un poco de hipotonía, no fue nada importante finalmente, pero la tuve que llevar a prematuros, me la recogió una enfermera y me dijo que esperara en la puerta, a los pocos minutos salió y me devolvió la ropita que llevaba puesta, me indico que esperara en la habitación, volví a la habitación mirándome las manos con la ropa de la niña, la sensación de perdida era desoladora, al llegar a la habitación nos abrazamos y lloramos... 25 años después, el 6 de enero de 2014, salgo a la calle a despedirla, se marcha con Jaime y Eria a vivir a su nueva casa, se que serán felices, al entrar a casa me miro las manos y veo aquella ropita que me dio la enfermera....

3 comentarios:

  1. Creo que deberías escribir otro artículo, mucho tiempo en el dique seco, y me gustaba este blog.

    ResponderEliminar